TÍTULO ORIGINAL La noche de los girasoles
AÑO 2006
DURACIÓN 123 min. Trailers/Vídeos
PAÍS Sección visual
DIRECTOR Jorge Sánchez-Cabezudo
GUIÓN Jorge Sánchez-Cabezudo
MÚSICA Krishna Levy
FOTOGRAFÍA Ángel Iguacel
REPARTO Carmelo Gómez, Judith Diakhate, Celso Bugallo, Manuel Morón, Mariano
Alameda, Vicente Romero, Walter Vidarte, Cesáreo Estébanez, Rodolfo Sancho
PRODUCTORA Alta Producción S.L. / The Film / Arte Francia Cinéma / Fado Filmes /
Stop Line
GÉNERO Thriller. Drama | Vida rural
SINOPSIS Esteban (Carmelo Gómez) y Pedro (Mariano Alameda) son dos espeleólogos
que llegan a una zona montañosa para estudiar el hallazgo de una cueva y
determinar si tiene interés científico. Les acompaña Gabi (Judith Diakhate), la
novia de Esteban, que les espera al pie de la montaña. Pero cuando los
espeleólogos están en la cueva, a Gabi se le acerca un desconocido... (FILMAFFINITY)
CRÍTICAS ----------------------------------------
"Excelente" (Carlos Boyero: Diario El Mundo)
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"Magnífico ejemplar de cine fuerte, poderoso, bien tramado, contado e
interpetado." (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)
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"Magnífico debut (...) uno de los mejores guiones del cine español de los
últimos años. Y dirigido con una mezcla de rabia y pulcritud poco común."
(Javier Ocaña: Diario El País)
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"Buen y desolador retrato (...) narración un tanto tenebrosa y valiosa en su
color ocre. (...) Puntuación: *** (sobre 5)." (José Manuel Cuéllar: Diario ABC)
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Esto es cine español del bueno, con un guión, un suspense y una trama de
auténtica película de calidad. Tan buena que hacía ya tiempo que no sentía
atractivo por ninguna cinta de cine español y ésta me ha devuelto la afición por
el mismo.
El argumento narra varias historias paralelas que convergen en un punto
dramático coincidente. Nos cuenta la historia de un viajante vendedor de
aspiradoras (Manuel Morón) que cruza en su coche por un pueblo; de dos viejos
solitarios, Amós y Cecilio (Cesáreo Estébanez, en una insuperable interpretación),
que viven como únicos vecinos en la periferia del mismo y pequeño pueblo, pero
que sin embargo no se soportan y se comportan como enemigos; también está la
historia del espeolólogo, su novia (Judith Diakhate, una más que aceptable
actriz) y un colaborador, que vienen a inspeccionar una cueva descubierta en el
susodicho pueblo; también la historia del Cabo 1º de la Guardia Civil (Celso
Bugallo, en una interpretación muy convincente), a cargo en ese momento de la
comandancia del lugar, hombre viejo y a punto de jubilarse que analiza todos los
datos que ve a su alrededor; y por último, la historia de su hija y de su yerno
también guardia civil (Vicente Romero), joven que se aburre mucho en este
destino pueblerino y que desearía cambiar, experimentar una vida más pudiente y
emocionante.
En fin, una película de las buenas de verdad que se hacen en España de vez en
cuando. Muy atinados los distintos perfiles de miembros que componen la
institución de la Guardia Civil; aunque alguno pueda parecer extremo, son todos
muy reales, tan reales como los tipos de uvas que suele haber en una viña: ya
verde o pasada, ya jugosa o seca. Lo dicho sobresaliente.
*****
Gran debut de Jorge Sánchez-Cabezudo con una película que debe de ser ejemplo
para las demás producciones españolas de, principalmente, como un guión debe ser
desarrollado y puesto en escena. Excelente en este aspecto, la cinta también
destaca en otros apartados que sin duda la convierten en una agradabilísima
sorpresa y en una esperanza de futuro para con este director. Y curiosamente
volvemos ese cine español rural, oscuro, de nuestros pueblos y aldeas más
profundos donde ocurren esas historias silenciosas, oscuras y trágicas y que
bien contadas han sido claros referentes de nuestra pantalla. "Los Santos
Inocentes", o más recientemente "El Séptimo Día" o "Volver" son ejemplos de esto.
Sin duda, el traslado a la pantalla de la parte más oscura de la sociedad rural
española suele ser de gran interés. Historias que hemos conocido todos, cercanas
y que si, como en este caso, están bien rodadas y producidas suponen un pequeño
rincón donde se puede refugiar el buen cine nacional tan escaso hoy en día.
La película, el guión, te lleva de una manera genial a lo largo de las casi dos
horas. Una excelente presentación de los acontecimientos a través de sus
personajes y un desarrollo más tarde de la trama con una gran naturalidad
invitan a agarrarte al sillón y no perder ni un ápice de atención. Sin giros
raros ni sorpresas desagradables avanza el guión hasta un final tan creible como
bien ejecutado y que pone colofón a una buena historia. El continuo intercambio
de protagonismo de los personajes a lo largo del metraje también ayuda a ese
interés continuo y que el film no decaiga en ningún momento.
También destacar la parte interpretativa del asunto. Si bien Carmelo Gómez da
solidez al reparto, hay que reconocer que los "jóvenes"(de edad que no por
veteranía profesional) que lo acompañan lo hacen bastante bien y dan ese toque
de credibilidad que al fin al cabo es lo que deben transmitir estas historias.
Por cierto, resaltar algún que otro gran momento para alguno de ellos y que,
gracias al guión, permiten el lucimiento ante la cámara con unas actuaciones
puntuales fuertes y poderosas.
Así pues gran película española que a través de, repito, un enorme guión llena
de oscuridad y tensión la pantalla y nos hace revivir los mejores pasajes de
nuestra historia
cinematográfica. Magníficamente contada y rodada, permitirme desde aquí mi
recomendación absoluta y mi exigencia a un cine nuestro perdido desde hace mucho
tiempo y que nos regala pocas producciones serias y que merezcan la pena. Desde
aquí y para todos los que lo componen: "señores, tomen buena nota".
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Se puede decir que todo en esta película es sólido y potente. Desde la
construcción del guión, que hace avanzar la historia desde la óptica de los
diferentes protagonistas, hasta la atmósfera enrarecida que se respira en cada
plano. Buen retrato del ámbito rural, en una historia oscura e inquietante donde
casi todos los personajes siempre aportan algo a la narración. El casi lo pongo
por que hay dos personajes que podían haber dado un mayor juego. El vendedor de
aspiradoras, y el chico del pueblo que descubre las cuevas, que parece que
esconde alguna sorpresa durante toda la historia y con el que al final no sucede
nada. Tal vez se puede decir que queda como la única muestra de esperanza y
optimismo en un conjunto demasiado oscuro. Es esto, yo creo, lo que más me
distancia de la historia. Todo es muy sólido pero demasiado negro, y pese a la
luz natural que inunda la historia, la oscuridad de la misma me resulta
demasiado densa.
Para el final he dejado el reparto, un notable grupo de actores donde gente como
Carmelo Gómez, Vicente Romero o Celso Bugallo realizan excelentes
interpretaciones. Mención aparte para Manuel Morón, un actor que hace creíble
cualquier personaje que le toque interpretar, independientemente de si es un
buen hombre o un ser despreciable como es el caso. Supongo que esta película se
tendrá que pelear por el Goya a la dirección novel con AzulOscuroCasiNegro.
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Nos narra una historia o un suceso mejor dicho, desde el punto de vista de los
diferentes personajes que intervienen en el film, y nos pone de manifiesto la
decadencia y la despoblación que sufren la mayoría de las áreas rurales de
España.
*****
La Noche de los Girasoles ha sido una sorpresa muy agradable. La película tiene
vuelo narrativo, con una historia contada desde distintos puntos de vista en la
que se dosifica hábilmente la trama.
Algunos personajes son muy interesantes. Los urbanitas son muy guais, destruyen
lo que encuentran a su paso y se van de rositas. Los dos hombres de la aldea
tienen dos grandes interpretaciones. Son personajes de museo etnográfico,
reliquias en este tiempo de progreso, para regocijo de algunos espectadores. Su
fidelidad a unas raíces y a una forma de vida son convenientemente castigadas.
Un guardia civil reniega del mundo en el que vive y el otro lo acepta, lo valora
y es querido por sus vecinos. Me quedo con Bugallo y con Estébanez, dos
interpretaciones dignas.
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Tensa. Intensa. Sugerente y distinta. Grandísimo recurso éste de ir
introduciendo los personajes por episodios. Ninguno de ellos queda desdibujado o
reducido a comparsa, aunque quizá, sí, se eche un poco de menos más presencia
malahostiense de Carmelo Gómez.
Que para sumergirse en la España profunda haya que ser espeleólogo no deja de
ser una bonita metáfora.
Te mantiene intrigado hasta los minutos finales, donde...
(El resto de la crítica puede contar partes de la película) Ver todo
spoiler:
... no se entiende muy bien cómo Celso Bugallo, el picoleto mayor, comienza a
atar cabos. Ese final donde todos quedan jodidos y ninguno contento (ni siquiera
el violador: sublime su regreso al hogar) es extraño. No digo que quede mal,
pero no es lo que uno esperaba después de hora y media de puro thriller rural
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Sólo se puede criticar una incongruencia que no desvirtúa para nada el devenir
de la historia: Que un guardia civil, en un pueblo tan pequeño, tenga la osadía
de ir a casa de su amante con el jeep oficial del cuartel.
Además, como apreciación personal, creo que Sánchez-Cabezudo ha encontrado
inspiración para una parte de su relato en la novela de Ramón José Sender "El
lugar de un hombre" (un campesino desaparecido del que se sospecha ha sido
asesinado).
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La película empieza mostrando algo que no se sabe que es, tapado por un
impresionante campo de girasoles, y acompañado por unos toques musicales que
hace que uno sospeche que lo que va a ver no es cosa de risa. Conforme van
avanzando los minutos, el cuerpo se va tensando al ver los fotogramas y al poco
tiempo la trama explota.
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Esto es cine español del bueno, con un guión, un suspense y una trama de
auténtica película de calidad. Tan buena que hacía ya tiempo que no sentía
atractivo por ninguna cinta de cine español y ésta me ha devuelto la afición por
el mismo.
El argumento narra varias historias paralelas que convergen en un punto
dramático coincidente. Nos cuenta la historia de un viajante vendedor de
aspiradoras (Manuel Morón) que cruza en su coche por un pueblo; de dos viejos
solitarios, Amós y Cecilio (Cesáreo Estébanez, en una insuperable interpretación),
que viven como únicos vecinos en la periferia del mismo y pequeño pueblo, pero
que sin embargo no se soportan y se comportan como enemigos; también está la
historia del espeolólogo, su novia (Judith Diakhate, una más que aceptable
actriz) y un colaborador, que vienen a inspeccionar una cueva descubierta en el
susodicho pueblo; también la historia del Cabo 1º de la Guardia Civil (Celso
Bugallo, en una interpretación muy convincente), a cargo en ese momento de la
comandancia del lugar, hombre viejo y a punto de jubilarse que analiza todos los
datos que ve a su alrededor; y por último, la historia de su hija y de su yerno
también guardia civil (Vicente Romero), joven que se aburre mucho en este
destino pueblerino y que desearía cambiar, experimentar una vida más pudiente y
emocionante.
En fin, una película de las buenas de verdad que se hacen en España de vez en
cuando. La descripción que hace de distintos perfiles de miembros de la Guardia
Civil, es perfecto, tan reales como son ellos mismos en general. Merece la nota
de 9 o sobresaliente.
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Anoche se celebró el preestreno con todas las estrellas y los artífices de ‘La
noche de los girasoles’, la opera prima de Jorge Sánchez-Cabezudo que competirá
en la 3ª Edición De las Giornati Degli Autori – Venice Days, dentro del marco
del próximo Festival Internacional De Cine De Venecia. Una comedia negra que
juega a despistar al espectador y a mostrar el absurdo ante el que cualquiera
puede encontrarse. El trailer ya se puede ver. Cine español de calidad, con
mucho que ofrecer, de factura más que correcta y con un curioso, pero bien
hallado tono entre lo grave y lo risible.
Pedro y Esteban son dos espeleólogos que llegan a una zona montañosa para
estudiar el hallazgo de una cueva y determinar si tiene interés científico. Les
acompaña Gabi, la novia de Esteban, que les espera al pie de la montaña. Pero
cuando los espeleólogos salen de la cueva, encuentran a Gabi aterrorizada: ha
estado a punto de ser violada por un vendedor de aspiradoras. Aún bajo los
efectos del shock, Gabi cree reconocer en un campesino a su agresor, lo que
desencadenará la ira de Esteban y Pedro, que no dudan en atacar a este hombre
solitario.
Los protagonistas son Carmelo Gómez, como Esteban; Judith Diakhate, en el papel
de Gabi; Mariano Alameda interpretando a Pedro. Cesáreo Estébanez es Cecilio, el
campesino que sufrirá el ataque, y Walter Vidarte, Amós el loco, el único
enemigo de Cecilio. O su único amigo. Una de las grandes aportaciones de la
película: el descubrimiento de Vicente Romero como un guardia civil de lo más
cómico, por su forma práctica de ver las cosas. Celso Bugallo será Amadeo, el
“Grissom” de esta historia. Y por último, Manuel Morón como el malo de la
película: el violador.
Todos los actores hacen una gran labor y resultan creíbles y adecuados en sus
papeles. Además de al guardia civil que ya he mencionado, cabría destacar a los
dos únicos habitantes de la aldea semiabandonada: Walter Vidarte y Cesáreo
Estébanez, que no sólo están muy auténticos, sino que muestran, además, una
compenetración entre ellos digna de ser vista.
‘La noche de los girasoles’ comienza con un interesante juego estructural. Cada
fragmento, encabezado por un rótulo que nos dice qué personajes que lo van a
protagonizar: el hombre del motel, los espeleólogos, el hombre del camino, etc…
viene a completar información que nos faltaba en el anterior y para ello se
remonta en el tiempo. Así, vemos los sucesos desde casi todos los puntos de
vista y vamos comprendiendo qué hacen esas personas en un pueblo de pocos
habitantes. Antes de todo esto, una pequeña presentación de la situación que nos
despista un poco a modo de McGuffin de Hitchcock.
Han llamado thriller a esta película que sí que tiene una pequeña parte de
investigación policial, pero no es el género en el que realmente cabría
englobarla. Es más una comedia negra rural, con bastantes aspectos sociales,
costumbristas y, sobre todo, una muestra del absurdo de las cosas que ocurren.
El guión, tal como se desarrolla, podría perfectamente haber tenido una sorpresa
final que nos añadiera una información que desconocíamos los espectadores y que
podría haber redondeado toda la acción al estilo de los thriller. Pero no es ése
el camino que buscaba el director y guionista. Que todo acabe sin tener mucho
sentido es parte de lo que quería contar.
La ambientación en el pueblo y el retrato de la vida rural también es otro de
los logros del film que no quiere quedarse en la parte de suspense o cómica
únicamente, sino que también busca hacer su cuadro de una sociedad que toca a su
fin. La producción de la película, a pesar de tratarse de una opera prima, está
bastante cuidada. Enrique González Macho, presidente de Alta Films y propietario
de los cines Renoir y Princesa, es el inversor principal.
Hay que conceder muchas cosas al azar y a la casualidad para que el guión encaje.
No lo explico a fondo porque destriparía la película, pero lo digo por encima y
cuando la veáis ya comprobaréis a qué me refiero: lo de que ellos hayan venido a
explorar una cueva y lo de que el vejete esté loco resulta muy conveniente para
los protagonistas. Quizá todo se explica por esa sensación de absurdo que domina
el metraje.
En este enlace pueden leerse muchas declaraciones del director que describe a la
perfección su primera película.
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La noche de los girasoles’, que se estrenará comercialmente en España el próximo
25 de agosto, ha sido seleccionada para competir en la 3ª Edición De las
Giornati Degli Autori – Venice Days, dentro del marco del próximo Festival
Internacional De Cine De Venecia, que se desarrollará del 30 de agosto al 9 de
septiembre.
El film es la opera prima de Jorge Sánchez-Cabezudo y está protagonizado por
Carmelo Gómez, Judith Diakhate, Celso Bugallo, Manuel Morón, Mariano Alameda y
Vicente Romero. El trailer ya se puede ver.
Pedro y Esteban son dos espeleólogos que llegan a una zona montañosa para
estudiar el hallazgo de una cueva y determinar si tiene interés científico. Les
acompaña Gabi, la novia de Esteban, que les espera al pie de la montaña. Pero
cuando los espeleólogos salen de la cueva, encuentran a Gabi aterrorizada…
Como ha descrito el propio director, “‘La noche de los girasoles’ es una
película de cine negro en un entorno rural de montaña pero también es una
película de personajes. Mitad thriller, mitad drama, cuenta la peripecia de ocho
personajes principales en torno a un hecho dramático que se irá complicando a lo
largo de la historia y que irá implicándoles sucesivamente a cada uno de ellos.
Se ha querido dar tanto peso a la trama de suspense que recorre toda la película
de principio a fin, como a desarrollar los personajes para poder entender sus
reacciones ante las disyuntivas que va planteando la historia”.
También según palabras de Sánchez-Cabezudo, “la película está estructurada en
seis capítulos: ‘El hombre del motel’, ‘Los espeleólogos’, ‘El hombre del camino’,
‘La autoridad competente’, ‘Amós el loco’ y ‘El Caimán’. Las seis partes están
recorridas por una trama de suspense que se resuelve en la última historia
cerrando a su vez cada una de ellas. Cada parte adopta el punto de vista de uno
o varios personajes principales que pasan a ser secundarios en las demás
historias. Esto permite seguir sus recorridos personales hasta que tropiezan con
la trama principal permitiéndonos entender mejor de dónde vienen y por qué hacen
lo que hacen. No podría hablarse entonces de película de un protagonista y
varios secundarios, ni siquiera de película coral, es más bien una historia en
la que se suceden los protagonistas que se van pasando el relevo de una historia
a otra. Sus decisiones y reacciones harán que la película vaya tomando rumbos
tan inesperados como inevitables”.
El cineasta continúa explicando que “son personajes corrientes enfrentados a
situaciones extremas, y quizá uno de los grandes objetivos de la película sea
precisamente el de plantear cómo esa gente corriente puede llegar a provocar una
situación tan complicada y dramática; cuáles son las circunstancias, y los
mecanismos psicológicos, personales y emocionales que les llevan a hacer lo que
hacen y sobre todo a justificarse en sus acciones para seguir viviendo. No es
una película de buenos y malos, es una película de personajes muy humanos, con
sus virtudes y sus miserias; y cómo algunos, creyéndose portadores de las
mejores virtudes, pueden llegar a justificar el comportamiento más miserable. No
se trata de justificarlos, pero tampoco de juzgarlos; no es una película
moralista pero sí trata de describir una cierta atmósfera moral, un cierto
estado de las cosas. No pretende dar respuestas, ni lecciones de moral, pero sí
quizá hacernos reflexionar un poco”.
Nos dice el director que “la película también aborda el tema de la violencia,
una violencia que surge del instinto más primitivo o causada por la incapacidad
de comunicación y de asunción de puntos de vista ajenos al propio; una violencia
mostrada de forma cruda como un hecho absurdo y sin sentido, que lejos de
justificarse como venganza, o de resultar un espectáculo gratificante para el
espectador, se convierte en un acontecimiento desagradable y dramático en sus
consecuencias ya que marca irreversiblemente la vida de todos los personajes”.
Por último, Cabezudo añade que “la película también habla de la soledad, de la
incomunicación del abandono y de la infelicidad que provoca desear una vida
diferente a la propia. Habla de la lenta agonía del mundo rural, de nuestra
indiferencia ante ello y de las falsas esperanzas en la economía del ocio y el
turismo para conservarlo pero que no podrán impedir la irremediable pérdida de
esa forma vida”.
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En mi reciente crítica de la maja ‘Azuloscuroscasinegro’, decía que los premios
que ésta había recibido en la pasada edición de los Goya, estaban bien asignados,
ya que se trata de una ópera prima realizada con frescura y buen hacer, aunque
personalmente hubiera preferido que la triunfadora entre los aspirantes al
ridículo premio de los novatos (que los incluyan a todos en el mismo saco, leñe,
¿o hay miedo de las comparaciones?) fuera la magnífica ‘Un Franco, 14 Pesetas’
de Carlos Iglesias. Ahora tampoco me hubiera importado que ‘La Noche de los
Girasoles’ se hubiera llevado algo para casa, porque sinceramente, me parece un
producto superior al film de Daniel Sánchez Arévalo, y muy superior a la media
del cine español de los últimos años. Una mezcla de thriller y drama rural que
se erige como una película inteligente, con muy pocos fallos, y que se atreve
con un género en el que los españoles hemos tenido muy poca suerte, o más bien
no hemos sabido hacer las cosas.
El argumento de ‘La Noche de los Girasoles’ se desencadena a raíz de un intento
de violación de la pareja sentimental de un espeleólogo, el cual junto con un
compañero está explorando una cueva encontrada en las proximidades de un pueblo
perdido de la mano de Dios, en el que el alcalde sueña con el turismo que
traería al pueblo un descubrimiento importante. El mencionado suceso dará lugar
a una serie de acontecimientos, marcados por el azar, a cada cual más dramático
y que marcará para siempre a sus protagonistas.
Uno de los máximos aciertos de su director, Jorge Sánchez-Cabezudo, es el haber
fragmentado la narración en disintos puntos de vista, casi tantos como
personajes, algo totalmente arriesgado, ya que se corre el peligro de que el
interés decrezca. Sin embargo, la habilidad del guionista logra que dicho
interés no mengüe ni lo más mínimo, sino todo lo contrario, vaya in crescendo,
al igual que el ritmo del film, hasta llegar a un clímax ejemplarmente
conseguido, y en el que apenas hay concesiones al espectador. Y eso que la
película tiene un flojo arranque, en el que parece que nada va a suceder, pero
esa sensación desaparece al cabo de unos minutos, y enseguida nos vemos
sumergidos en un relato apasionante con unos personajes ricos en matices, y en
el que la previsibilidad no hace acto de presencia, algo realmente difícil para
los tiempos que corren.
Los actores están casi todos muy bien, y digo “casi” porque un tipo llamado
Mariano Alameda era mejor que se dedicara a otra cosa, y es que lo de este
chaval salido de ‘Al Salir de Clase’ no es normal, sus intervenciones en el film
son, de lejos, lo peor del mismo, con un personaje bastante descuidado y muy
poco creíble, desentonando alarmantemente entre el resto del reparto. Un reparto
encabezado por Carmelo Gómez, quien ya interpreta con una facilidad pasmosa, y
una seguridad que asusta. Cesáreo Estébanez, en una papel crucial en el relato,
está fantástico como ese hombre que no se quiere marchar del pueblo donde vive,
en continúa guerra con su único vecino, un loco que habla con los muertos,
interpretado magníficamente por Walter Vidarte. Ambos actores se compenetran a
la perfección y se les coge un cariño enorme. Manuel Morón, que curiosamente
también tiene un papel en ‘Azuloscurocasinegro’ interpreta al violador, y está
muy convincente cuando está “en acción”, resultando temible y asquerosamente
odioso; pero cuando intenta ser persona normal/rara, el actor no convence, no
resulta creíble.
Pero quien se merece todos los piropos posibles en la película es Celso Bugallo,
actor gallego que interpreta al cabo de la Guardia Civil al que las cosas no le
cuadran y realiza una curiosa investigación no exenta de interés, seguida muy de
cerca por el espectador, quien conoce todas las claves, pero disfruta observando
cómo el personaje de Bugallo intenta unirlas todas. Hay en este personaje una
clara referencia al mismísimo John Ford, y en concreto al personaje de John
Wayne en ‘Centauros del Desierto’, película que no por casualidad emiten por
televisión en una escena del film. Bugallo, al igual que Wayne en la obra
maestra de Ford, es quien decide absolutamente todo, es más inteligente de lo
que parece, y al mismo tiempo, es ese personaje desencajado de un mundo al que
ya no pertenece. Atención a esa última aparición del personaje, que remite al
esplendoroso final del film de Ford, con la figura del héroe encuadrada por el
marco de una puerta. Bugallo no se ha llevado ningún Goya, y eso es
tremendamente injusto. A su lado, Vicente Romero, como uno de sus ayudantes,
cumpliendo con su papel, pero siendo totalmente eclipsado por Bugallo.
Una muy buena película, que va de menos a más, dejando un gran sabor de boca en
el espectador. Espero de verdad que a Jorge Sánchez-Cabezudo no le haya afectado
demasiado el irse de vacío en los Goya. Nuestro cine necesita de directores como
él, capaces de arriesgarse por camino que muy pocos son capaces de tomar, y
mucho menos, el recorrerlos bien.